Ya ha pasado más de un siglo desde el estreno “Fantasmagorie”, la primera película animada cuyos dibujos estaban hechos a mano, por el dibujante francés Émile Cohl. Los avances tecnológicos han jugado a favor de esta industria, que ha estado en constante evolución y nos ha permitido disfrutar de excelentes producciones realizadas ahora por ordenador: es lo que conocemos como animación digital.