El concepto de Internet of Things (IoT) es aún una novedad para el gran público y, sin embargo, es una realidad que lleva años desarrollándose a nuestro alrededor casi sin darnos cuenta. El Internet de las cosas supone la conexión a internet de objetos de uso cotidiano. Este hecho solo es posible gracias al gran desarrollo tecnológico logrado durante los últimos años.
Hasta no hace mucho solo era posible la conexión a internet a través de ordenadores y posteriormente a través de móviles y tabletas, sin embargo, hoy ya es posible conectar cualquier objeto a la red. Las primeras noticias que tuvimos acerca de la conexión de aparatos hablaban de neveras que avisaban cuando un producto iba a caducar o que podían ayudar a realizar la lista de la compra. Los fabricantes, conscientes del enorme potencial de este tipo de tecnología empezaron a incorporarla a sus procesos productivos, incluyendo sensores que hicieran de sus cadenas de montaje sistemas mucho más eficientes.