Como parte del macro-concepto de Smart city, cabe destacar que uno de los sistemas de mayor importancia es el sistema de gestión inteligente de la energía, especialmente las redes eléctricas inteligentes, aunque también las fuentes de gas y el servicio del agua. El fin de las redes eléctricas inteligentes consiste en hacer un uso eficiente y racional de la energía.
Este tipo de sistemas se basa en la integración de los avances en ingeniería eléctrica y tecnologías de la información, lo que permite que todas las áreas del sistema (control, medidas, protecciones, etc.) formen parte de un único sistema de gestión. Estas redes eléctricas inteligentes facilitan la gestión eficiente de la electricidad y usan la tecnología informática para optimizar la producción y la distribución de electricidad con el fin de equilibrar mejor la oferta y la demanda entre productores y consumidores.
La forma de controlar la electricidad utilizada por los consumidores está cambiando drásticamente debido a que, gracias a las energías renovables, los consumidores también pueden ser productores y por tanto volcar la energía recuperada a la red eléctrica. Esto produce un flujo bidireccional que ha de ser gestionado por tecnologías digitales bidireccionales.
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